Verde….que te quiero verde!

Por Oscar H. Aranzazu Rendón.
Son ya muchos los postulados apocalípticos sobre una sangrienta futura guerra por el agua. El calentamiento gradual del planeta y Sus funestas consecuencias para la humanidad y la vida en general, está tomando fuerza entre la opinión mundial, aunque sin articulación de criterios ni acciones conjuntas para enfrentar la problemática de causalidad de deterioro, ya plenamente identificada.
Para hacer un adecuado abordaje del conflicto ambiental, debemos primero centrarnos en lo local y desde allí, contribuir a lo que podría ser una cruzada mundial por la salvación del planeta. Es así, como se hace necesario volcar los ojos hacia nuestra Sevilla y sus inmensas potencialidades naturales, que la ubican como un municipio que bien puede ser catalogado como estratégico en el contexto nacional por su oferta ambiental.
Con sus diferentes pisos térmicos, cada uno con su propia y exclusiva vegetación, la cual sirve de sustento a extraordinarias especies de fauna; hacen de Sevilla, un paraíso donde el patrimonio natural es el mayor baluarte.
Lamentablemente no ha sido posible que ni la población, ni mucho menos los gobernantes locales, hayan podido comprender que no es el comercio, la agricultura, la industria ni mucho menos el brazo tendido con la mano abierta para que gobierno nacional otorgue “dádivas” del presupuesto, son la vía hacia el progreso integral; el camino para reivindicar a nuestra población en lo socio cultural y económico, es el aprovechamiento por la vía de la preservación si consumo de los recursos naturales, ofertándole a l mundo lo que hoy día es artículo de lujo… EL AIRE PURO (que ya lo pagan a muy buen precio)
Varios municipios del país a través de la gestión, han realizado convenios de protección de su riqueza natural y están recibiendo dinero de la comunidad internacional, además de apoyo académico y acompañamiento a proyectos productivos amigables con el medio ambiente.
Sevilla cuenta con una de las principales fábricas de agua sobre la cordillera central; son innumerables pequeños cauces que afloran a superficie, entre frailejón, musgo y líquenes, que forman esponjosos colchones que dejan escurrir su líquido para formar alucinantes cuerpos de agua como el río Bugalagrande, las quebradas La Sara, Ballesteros o el Oso, que no son más que cristalinos torrentes de vida, que solo nosotros tenemos el privilegio de poseer.
Pero lo hermoso siempre está en peligro, este caso no es la excepción y todo por cuenta de la desidia gubernamental y con la anuencia de las autoridades ambientales, permitiendo que las actividades agropecuarias, le ganen cada vez más terreno al bosque nativo y que de manera agresiva el paisaje nuestro, se reduzca a los oscuros cafetales, las grandes extensiones de potreros o al dominante bosque de pinos foráneos en reemplazo de los legendarios e imponentes robles, cedros y cominos, al tiempo que con ellos, muere también el canto de las aves, como señal inequívoca de lo que aquí está sucediendo.
La ignorancia no debe ser castigada por ser una condición humana; pero la negligencia es inadmisible y nosotros somos los primeros en la lista de responsables. Nos hemos escudado en la comodidad que nos da el no ser los encargados del manejo de los recursos.
Invito a los sevillanos y a los amigos de la vida desde este medio que también se halla en pleno crecimiento; a que generemos un espacio para la sana discusión y a tomar acciones para salvaguardar lo que aún nos queda de este importante patrimonio verde.
Coloquémosle fecha, hora y sitio a un encuentro por el rescate y la defensa de los recursos naturales de Sevilla. Vamos a frenar el saqueo ambiental…. ahí está el futuro.
Que la nariz no nos tape, lo que deben ver nuestros ojos”
De la sabiduría popular.
oscarh.aranzazu@gmail.com