Creo que sería mejor, que los clubes deportivos dediquen esfuerzos a la capacitación integral de los deportistas, para que conozcan de la gramática, de la política, de lo social, lo ambiental; entre otros temas y que el conocimiento les permita interactuar sin impedimentos en otros escenarios de la vida.
Lo hecho por el jugador no tiene justificación evidente. Pero han ustedes analizado un poco acerca del comportamiento humano? Cual es la diferencia de este acto que le está dando la vuelta al mundo, con la costumbre de pisar las arañas, cucarrones y toda clase de insectos en las casas?. Los colombianos somos demasiado mediáticos al medir las situaciones. Lo que pasa es que por aquello de la comercialización de las noticias, somos utilizados para ayudar a rasgar las vestiduras de esos ambientalistas de bolsillo que actúan cuando hay oportunidad de mostrarse y nunca pensando en la verdadera protección animal de fondo.
Lo curioso de todo esto es la región del país donde este episodio tuvo ocurrencia. Es la misma región, donde a las iguanas se les raja la barriga para sacarles los huevos que son vendidos en los mercados ante los ojos de las mismas autoridades ambientales que ahora pretenden judicializar a Moreno. Es la misma región a cargo de las mismas autoridades ambientales, que aun no han hecho un escándalo nacional con el robo de huevos de tortuga en las playas o con el macabro sacrificio de tortugas, que se hace introduciendo un machete o un chuzo por entre el plegue del caparazón; esto, cuando no las cocinan vivas.
Por otra parte, en esta paradisíaca región del país, en las plazas de mercado venden unos, dizque afrodisíacos alimentos cuyo contenido incluye cangrejos licuados vivos. O será que tampoco es delito la indiscriminada pesca en las hermosas ciénagas, donde se saca en cualquier época del año hasta alevinos para fritar?. Recuerdo que fue allí, en la costa atlántica colombiana, cuando tuve la oportunidad de ver de cerca la cría de una danta, que fue acosada, perseguida y asesinada a palo por la muchedumbre, que seguramente son hinchas del Junior y que no por eso se dejó de hacer el sancocho. Esos mismos personajes, cazan en los cuerpos de agua, a hermosas aves migratorias provenientes de Canadá y otras regiones y que terminan adornadas con cebolla, tomate y suero en sus banquetes corronchos.
Cuantas zorras o carretillas de tracción animal circulan por las calles de barranquilla, tiradas por huesudos caballos jalando hasta una tonelada?.
Debo agregar, que en la Región Caribe colombiana, es el lugar donde mas se trafica con pieles de serpiente y babillas (caimanes), Allí, hay personas que subsisten de esta práctica y que además son tramperos profesionales para captura de aves. Por las calles de los miserables pueblecillos costeños, son los niños los que pasan con el botín de fauna silvestre, ofreciéndolos en venta o simplemente llevándolos a casa para preparar comida.
Las sanciones por el episodio del estadio deben llegar. Pero que la responsabilidad caiga también sobre las autoridades del partido y las autoridades ambientales que nunca hicieron algo por la reubicación de este animalito que no era la primera vez que aparecía en el estadio. Pero lo único que se pretende sancionar la ignorancia de un deportista que actuó por instinto y por metido, porque así de complejo es el ser humano. El problema tiende un fondo más profundo y por lo demás oscuro. La autoridad ambiental debe aplicar sin distinción ni miedos, la muy nutrida legislación que existe para la protección animal y en general de los recursos naturales y no dedicarse simplemente a posar de proteccionistas ante los noticieros, aprovechando un chivo expiatorio para redimir culpas por omisión que suman durante todo el año.
La “oreja mocha” en la aplicación de las leyes ambientales, no es inherente únicamente a la Costa Caribe. Hay que recordar que con actos como la tala de árboles donde anidan pájaros, con las quemas como método de limpia de malezas, con la aplicación de herbicidas y pesticidas sin control; estamos también delinquiendo en lo ambiental y la autoridad es complaciente y falaz. Esos mismos sabios ambientalistas gubernamentales, fueron los que autorizaron la persecución y caza de los hipopótamos de la hacienda de Pablo Escobar y que no han podido salvar de la inminente extinción al puma y al jaguar de nuestros Andes.
El que esté libre de pecado……