Resulta absurdo que en torno al evento democrático mas
importante que ha tenido el país en los últimos tiempos, las diferencias
ideológicas o simplemente de posición frente a refrendar o no, los acuerdos
alcanzados por el gobierno con la guerrilla de las FARC, nos estemos
alinderando en orillas diferentes, estemos enfrentándonos como si la amistad
dependiera de la decisión que tomemos el 2 de octubre.
Básicamente somos sevillanos, hijos del mismo pueblo,
amantes de los mismos festivales, confluimos en los mismos sitios de buen café,
nuestras familias tienen cercanía ancestral y en las mañanas cuando aparece la
niebla, nos cubre a todos
independientemente de cómo vayamos a votar. El comercio no nos da privilegios
por votar SI o NO, mucho menos los bancos nos alivian los créditos o nos bajan
las tasas a los que sufraguemos en algún sentido. En la Cooperativa de Caficultores
les comprarán café a todos por igual, y Juan, en Casablanca hará lo propio
vendiendo su delicioso tinto, sin preguntar si SI o si NO.
No es posible, que el circo que protagonizan en el nivel
decisorio que siempre seguirá siendo decisorio sin importar cómo votemos, se
traslade a las calles de nuestro pueblo y se generen conflictos ridículos y
hasta peligrosos. Ya se escuchan improperios y señalamientos. Que quien vota
SI, es guerrillero o simpatizante y que vota NO, entonces es proclive a ser
paramilitar. Nada más tonto. Lo único cierto es que los sevillanos seguiremos
siendo sevillanos. Esas personas de las que los visitantes hablan bien por la
generosidad, por el espíritu hospitalario y por el orgullo que sentimos de
pertenecer a este maravilloso pueblo montañero.
Ya veremos a Santos y a Uribe fumando entre ellos la pipa
de la paz, si es que en verdad está apagada. Quienes viven de la política
siempre estarán en las posiciones que les permitan ostentar privilegios y eso
rompe con cualquier sentir ideológico y está claro que en esas instancias, no
se conoce de vergüenzas, lealtades o doctrinas. Por ello, cuando nos veamos en
el coliseo, si apoyas el SI y te encuentras con tu amigo que apoya el NO,
igualmente abrázalo. Sigue siendo tu amigo y eso sí es actuar con principios,
moral y ética ciudadana.
Como quiera que sea el resultado en nuestro municipio,
tendremos las mismas responsabilidades financieras, familiares y sociales.
Debemos seguir siendo simplemente sevillanos, de los que nos saludamos cuantas
veces nos veamos como siempre. Contempladores de esquina de las muy hermosas
mujeres que tenemos y alimentadores del corrillo de pasillo que se arma en los
cafetines locales, donde hasta lo baladí y lo pasajero, cobra importancia en el
ambiente del desocupe.
Cabe decir, que participar del debate es importante.
Pero, hagámoslo con autonomía, poniendo de presente la visión que tenemos del
futuro del país y nuestro pueblo. Votemos sin pasiones infundadas, no comamos
cuento en sentido alguno de lo que los medios nos venden. Hagamos nuestra
propia reflexión, pensemos en nuestras familias, si vivimos en la ciudad,
pensemos en los campesinos. Pero en todo caso, asuma esta responsabilidad desde
su propio ser y sentir. Esta vez, que no hay puestos, favores políticos o
lechonas, vote a verdadera conciencia social.
Gane el SI o gane el NO, nos tocará seguir siendo parroquianos
sevillanos y lo que nos corresponde es apoyar las buenas iniciativas y
proyectarnos hacia el futuro, pero tomados de las manos, como hermanos que
hemos sido, somos y seguiremos siendo por siempre.
Por| Oscar H. Aranzazu Rendón