Ahora que ya pasó el
jolgorio de diciembre y la realidad del año nuevo nos sirve de polo a tierra,
podemos romper la tregua que en estas fechas solemos darle a los problemas. El
invierno o mejor dicho la irregularidad en el período de lluvias han causado
estragos en todo el territorio nacional. La respuesta al desastre se asume con
criterio de inmediatez y con la improvisación que caracteriza al irresponsable.
Llamados al país para recaudar limosnas para los damnificados, reubicaciones
temporales, carpa tiendas y generadores eléctricos que no siempre se ubican en
el lugar de la tragedia y que terminan en lujosas fincas de descanso y hasta
algunos decretos de declaratoria de emergencia para la ejecución de dineros que
no se habían podido gastar gracias a los concejos municipales.
Pero, cuando y a
quien escuchamos con la alarma que amerita el caos que se avecina? No se
escucha sobre la articulación de medidas que procuren la conservación de los
recursos naturales, principalmente la cobertura vegetal y por consecuencia el
agua. Todo se reduce a estar felices porque el sol sale de nuevo. Nos hemos
vuelto mitómanos del tema ambiental, porque adormecemos la realidad o
terminamos por creer simplemente lo que nuestra mezquindad con el futuro nos
indica.
En la pantomima
diaria de la vida, se hacen claras las contradicciones. Las luces de la navidad
que ha pasado nos dejaron deslumbrados e hipnotizados, olvidándonos que todo
está diseñado para que la EPSA o mejor… la española UNION FENOSA que es la
dueña de la EPSA, salga ganando y en enero despertemos del aturdimiento cuando
pagamos las facturas de energía y los recursos naturales hayan aportado la
cuota por la demanda de esta energía.
Ahora si. Saben
ustedes cuanto van a quedar valiendo las casas en Sevilla? Nuestro pueblo se
está quedando aislado, las vías de acceso colapsaron. Múltiples derrumbes y
hundimiento de la banca en las vías Uribe - Sevilla y Caicedonia - Sevilla. La
variante de “Los kingos” se reduce a un carril en varios tramos por el mismo
fenómeno, la vía alterna hacia corozal se interrumpió a la altura de Manzanillo
y ahora se fracturó la carretera veredal de evacuación, Sevilla – La estrella.
Donde están las
soluciones? Solo vemos a los “tapahuecos” voluntarios con la mano estirada
pidiendo monedas. A mi modo de ver, desde hace tiempo debió haberse restringido
el flujo de vehículos pesados por estas vías. O…. es que Cartón Colombia las va
a restaurar cuando se desplomen totalmente para el paso de sus flotas
madereras? Hay que tomar decisiones de inmediato para evitar el aislamiento
total y una posible tragedia con pérdida de vidas humanas.
Se requiere la
gestión decidida para obtener un banco de maquinaria propio o prestado por la
administración departamental o por INVIAS. En todo caso parece ser que estamos
esperando que la tierra se una mágicamente como con la vara de Moisés o que
pase algo grave para darle la cara al problema.
Hay que buscar
también la responsabilidad de contratistas e interventores que han participado
en las obras recientes en estas vías, en donde se evidencia claramente la
pobreza técnica reflejada en una delgada carpeta asfáltica que quedó al
descubierto o al manejo de los taludes a la altura de “La Chillona” o a los
“remiendos” temporales por los que los contribuyentes quien sabe cuanto
pagamos.
De todas maneras, si
a esto no se le da solución definitiva, el café sevillano habrá que sacarlo
tirado en cauchera o montar el negocio de los ultralivianos cuando Sevilla sea
una isla de 1.560 metros de altura sobre el nivel del mar.
Por lo pronto….
Sigamos pasando por un ladito y esperemos que se haga el milagrito.
Yo voy a hacerte una
casa en el aire……………
Por: Oscar H. Aránzazu Rendón