Luchar contra las diferentes formas de corrupción
enquistadas en nuestra sociedad politiquera es muy complicado. Allí radica
precisamente la importancia de pasar de los comentarios de “Casablanca”, “Palestina”
o “El Vesubio”, a las acciones ciudadanas con miras a rescatar a Sevilla del
atraso y la pobreza, producto de las maniobras de los politiqueros que aterrizan en elecciones,
a saludar de mano, regalar tejas y lechonas con nuestro propio dinero del IVA, de
los peajes, la sobre tasa de la gasolina y otros impuestos. El mejor aliado del
corrupto es la ignorancia y la indiferencia de los pueblos.
En estos tiempos ha quedado mas que claro, que la defensa
de lo público no es política de estado. El Alcalde de Bogotá acaba de ser
destituido, por quitarle a las mafias politiqueras, un negocio privado que
tenían con el distrito y por devolverle a la ciudad el manejo del aseo y la
captación de esos recursos para reinvertirlos entre los más pobres. También es
claro, que las movilizaciones sociales son muy importantes, pero que mal
manejadas o mal elegidos los negociadores, puede llegar a ser más lesiva a los
intereses del pueblo o del sector manifestante, como en el caso de los
campesinos colombianos o los transportadores, a los que les vendieron el paro.
El otro camino que no se ha explorado con la fuerza
necesaria, es la participación electoral con el VOTO EN BLANCO. Este mecanismo
no es como la gente cree, que al final se los suman al que tenga la mayoría, el
VOTO EN BLANCO compite contra los otros candidatos y de obtener mayoría
absoluta (50% + 1), se repetirán las elecciones. En el caso de elecciones
unipersonales (gobernación, Alcaldía), no se podrán presentar los mismos
candidatos, esto es verdadero castigo electoral y ejercicio de verdadera
democracia. EL PUEBLO ES EL QUE DEBE MANDAR………
Yo le pregunto a cada sevillano: Cual de los candidatos
al Congreso ha hecho algo por usted o su municipio, además de pasearse por
nuestras calles, como reinas de belleza repartiendo saludos y besos?. Vale la
pena recordar que poco o nada han hecho por aliviar la pesada carga que está
sobre los hombros de nuestros campesinos, en donde siguen cultivando café, mas
por romanticismo que por negocio, porque están quebrados y el propósito estatal
es entregar esta región a las trasnacionales y acabar con la cultura de
minifundios y eliminar las tradicionales veredas habitadas por familias
numerosas. Todo terminará en grandes extensiones de tierra, sin casas de
habitación y con dueños de los que no podremos ni siquiera pronunciar sus
nombres.
Pero, que decir de nuestras vías de penetración?. Sevilla
es un pueblo sin memoria y en ocasiones nuestra gente actúa como perro
hambriento que se conforma con migajas. En cada verano la carretera se olvida y
pasamos por un ladito felices durante un año. Lo que es peor, aquellos
politiqueros locales, saben a ciencia cierta que los que llegan a buscar el
voto popular, vienen a engañar y burlarse de los sevillanos, pero aun así, por
intereses personales, sirven de gancho para arrimar a la hoguera a sus
conciudadanos sin escrúpulo alguno. Sabemos, sin ser expertos; que las vías que
llegan a Sevilla no están diseñadas para soportar pesos excesivos, ni tránsito
excesivo. Pero de manera olímpica, vemos pasear a los grandes camiones de la
empresa que acabó con nuestros bosques y acabará con nuestra agua, reventando
pavimento en Las Margaritas y por toda su ruta y debilitando las estructuras de
las vías construidas sobre una falla geológica, con sus más de treinta toneladas
varias veces al día. Ahora, les hemos dado la carretera hacia el Quindío para
que también acaben con ella.
Y de todo este tema de la carretera, cuales han sido las
acciones de los aspirantes al congreso que piden el favor de los sevillanos?. Solo
promesas y visitas al Popal para posar de salvadores al lado de algún
funcionario de la gobernación, que de paso, es su cuota burocrática y esta obligado
al engaño y la distracción, so pena de ser removido de su cargo.
Les propongo un candidato que siempre se presenta a
elecciones pero que nadie cree en sus bondades…. El de blanco, EL VOTO EN
BLANCO!. Castiguemos de manera contundente a aquellos en quienes hemos confiado
la esperanza y el futuro y se han burlado de nosotros. Querámonos un poquito,
miremos a nuestros hijos a los ojos sin vergüenza, que mas da´, igual; nada nos
traerán, nada harán por Sevilla. Si no lo han hecho en décadas de estar
creyendo en ellos, porque lo harían ahora?. Derrotémoslos en su propio terreno,
utilicemos esa estrategia y acudamos masivamente a las urnas a expresar nuestro rechazo a la burla, la
manipulación y la trampa. Rescatemos nuestro valor civil, rescatemos nuestra
DIGNIDAD, rescatemos a SEVILLA!.
La otra opción es
vender el voto, y como? Fácil, solo con la promesa del politiquero por
conseguirle una beca a un hijo, o con la frase “tráigame la hoja de vida y
veremos que se puede hacer”, cuando convencemos al vecino a cometer el mismo
error de creer en aquel que siempre pierde la memoria cuando gana, también
cuando vamos a aplaudirlo en sus discursos con las manos altas para que nos vea
aplaudiendo y luego nos recuerde y nos favorezca.
Alguna vez creí en la redención de Sevilla porque creí en
un hombre aparentemente cívico, fue un fiasco, pero la lección sirvió y las personas
debemos entender que después de la ilusión y el desengaño político, tenemos que
reflexionar y retomar causas colectivas, causas populares.
Mi invitación es a tener un acto de amor por este pueblo,
es un grito de auxilio por Sevilla. La solución para nuestro hermoso municipio
no es con politiquería, la solución debe provenir desde lo cívico. El VOTO EN
BLANCO nos hará respetar, nos devolverá la facultad de disentir, analizar y
elegir lo mejor para este pueblo. Desde ya, en estas elecciones mostremos el
camino que seguiremos, para cuando elijamos Alcaldes y Gobernadores. Votar EN
BLANCO, es participar de la democracia
pero con dignidad. En otras palabras, démosles de lo mismo que nos han dado,
que la risa burlona alguna vez pase a nuestros rostros. Las tejas de los
corruptos tapan temporalmente las goteras, pero jamás podrán tapar nuestra
vergüenza.
Oscar Humberto Aránzazu Rendón