Uno asume que la niñez es la etapa del juego, las embarradas, el amiguismo y la compinchería, pero jamás la edad para hallar la muerte. La arremetida contra nuestra infancia con todo tipo de maltrato parece no tener fin. En estos días he estado observando con asombro, noticias sobre menores asesinados y menores asesinos, padres maltratadores, abusadores sexuales, madres asesinas y toda suerte de vejámenes inspirados por alguna malvada fuerza que se está posando sobre nuestro territorio nacional.
Comparto algunos de los titulares de prensa de estos días….
• Asesinan a niño de 12 años que traspasó una frontera de pandillas….
• Asesinan a niño en plaza de Bazurto en Cartagena…..
• Asesinan a bebé y su padre está mal herido….
• Asesinan niño de nueve años y a su tío….
• Asesinan niño indígena cerca a resguardo……
• Mujer mató a sus dos hijas e intentó suicidarse…..
• Madre mata a su hija de ocho años…..
• Padre asesina a su hija al enterarse que estaba embarazada…
• Una mujer de por lo menos 24 años de edad que había ingresado al Hospital Regional Tomas Uribe Uribe, fue capturada por las autoridades sindicada de asfixiar a su hija de tan sólo ocho meses de gestación…..
• Bebé de 7 meses muere por brutal golpiza. El padre genético de la niña le pidió a la justicia que el caso no quede impune, ...
• Niña de tres años muere por golpiza de su padrastro…
• Asesinan a niño de 6 años y a su bisabuela en Palmira
• En Medellín asesinan a niño de 2 años que estaba en brazos de su abuelo…
• Asesinan a niño de 13 años en Bucaramanga….

Basta mirar en los semáforos de las ciudades, en las minas de carbón, en las fincas, los talleres y las calles mismas, a miles de pequeños trabajadores lanzados a una suerte laboral que no les corresponde o empuñando armas que no caben en sus pequeñas manos. Las iniciativas electoreras en favor de los niños, por lo menos ponen el tema en el escenario nacional, pero no son suficientes. Mientras en Colombia la corrupción no permita direccionar recursos para inversión real en programas sociales, no de discurso o encuestas, sino de sitios especializados con presupuestos generosos para la protección de la infancia, siempre estaremos frente a las mismas escenas de caras sucias y estómagos vacíos en un ambiente de droga, alcohol y vulnerabilidad de nuestros niños.
Las obligaciones que deben ser asignadas a los menores no pueden ser diferentes a, Divertirse, Alimentarse bien, Capacitarse, Recibir Amor y Divertirse de nuevo. Con solo unos pesos por cada galón de gasolina, o con el cuatro por mil que le regalamos a los banqueros, o con lo que cuesta la nómina del congreso, con ese dinero; menos niños sufrirían y más padres podrían ser educados en la preservación de nuestro mayor patrimonio. Un no más! al maltrato infantil, un llamado a construir futuro en nuestro municipio mediante acciones de protección, en donde gobierno y sociedad civil propongamos y ejecutemos programas serios para rescatar a esos “sevillanitos” que se nos están muriendo por desatención en todo sentido.
No utilizo la frase que acuñó Piedad Córdoba y Horacio Serpa de “los niños y las niñas” porque como alguien sabiamente dijo… la inocencia no tiene sexo y la infancia no la debemos partir en dos.