Ejercer el placer de compartir, cobra mas valor cuando se hace con miras a paliar un poco un problema por lo menos conocido. Nadie está exento de caer en una mala racha. La ruleta de la vida pone a cada cual en la posición y tiempo que desea o que corresponde. Es hora de echar una mano de apoyo, a aquellos que tanto le aportaron al país y que tanta patria han hecho de manera silenciosa pero efectiva, con sus pequeñas empresas, generando empleo en sectores como la marroquinería, la producción lechera y otras actividades principalmente del campo, que por lo pronto se están abandonando de a poco porque la competencia es muy agresiva y respaldada por lo demás, por el gobierno colombiano.
El aniquilamiento de las pequeñas pero sólidas economías familiares, parece ser una cosa de Estado. Lo malvado que resulta el ejercicio, que en su momento se predijo y al que pocos atendieron, con la firma del TLC, no es mas que la conclusión de un episodio perverso, que ahora hay que asumir con la entereza que nos caracteriza a los colombianos.
Para estos empresarios que están cerrando sus factorías o los propietarios de fincas que en muchas ocasiones terminan trabajando “alquilados” en lo que antes fuera suyo, es mucho mas difícil. Cuando se ha poseído propiedades, comodidades y solvencia, es peor que para otros, tener que lidiar con su nuevo estilo de vida. Bien lo dice el conocido adagio, “es mejor ser ciego de nación, que habiendo disfrutado de visión”.
Como competir con la China, en donde no se produce en serio, sino en serie. Un país que aun practica el esclavismo laboral y donde la calidad no tiene mayor relevancia. Como competirían las fábricas de calzado nacional, con cueros bien trabajados y manufactura muchas veces artesanal, contra toneladas de zapatos sintéticos idénticos en apariencia que llegan de la China a precio de huevo. Como, los artesanos de San Antero y San Jacinto, pueden competir con los sombreros chinos, que imitan los emblemáticos “vueltiaos” de caña flecha.
Hoy, el precio del café, cayó a niveles de hace cinco años, los paperos de Boyacá y Nariño, están trabajando a pérdida por las importaciones de productos procesados y papa de contrabando, los lecheros están regalando la leche en Antioquia, porque esa es su protesta por la introducción de leches en polvo por cuenta del TLC, los arroceros se obligaron a bajar su producción, para que el gobierno cumpla con sus “cuotas” a países que entran este producto. Todos estos emprendedores campesinos colombianos terminarán vendiendo sus tierras a multinacionales, a las que ya se les prometió su espacio en esta despiadada entrega del país a los extranjeros. Hoy, el presidente acaba de llegar de los países Arabes, donde prometió al asesino gobierno israelí, tierras en Colombia para que desarrollen sus innovadoras tecnologías agrícolas para suelos infértiles, lo cual resulta ridículo en este país que posee todos los pisos térmicos y unas condiciones excepcionales para la agricultura. Aquí, lo único que se necesita es garantizar que lo que se siembra, se compra y a precios razonables con la producción.
Que nos ganamos con comprar zapatos baratos de la China, si con eso el país se quiebra por dentro, nos quedamos sin empleo y avanzamos a un estado de desposeídos. Que ganamos con comprar una vajilla china a menos precio, si en “Corona” les tocó despedir a los empleados. A Colombia la están convirtiendo en una colonia sectorizada, de acuerdo con los apetitos de cada país, cuya voracidad es satisfecha por el gobierno nacional, solo a cuenta de mostrar cifras de inversión extranjera.
En los diálogos de paz de la guerrilla y el gobierno, no han sido escuchados los campesinos y las organizaciones sociales del país. Es otro acuerdo silencioso, aunque por lo menos existe voluntad, así sea con intereses distintos. Allí, es un escenario ideal para la protección al productor local; pero mientras avanzan en Cuba las conversaciones, Santos continúa con su subasta territorial y entregando nuestro bello país a inescrupulosos pulpos de la minería, a monopolios petroleros y los salvajes cultivadores de palma y caña, no para comer sino para agro combustibles. Por otro lado, las tierras mas planas y estratégicas, se las está entregando al pulpo energético español para ser inundadas y producir energía eléctrica, que luego nos venden a precios exorbitantes.
En nuestra Sevilla, cuyo paisaje de montaña fuera inspiración de bellas canciones, solo se contemplan plantaciones de pino de otra multinacional, de la que solo percibimos el polvero, cuando sus camiones pasan reventando el pavimento de nuestras calles, principalmente del barrio Las Margaritas. Si miramos hacia abajo, la hermosa colcha de retazos multicolor que se hacía con los matices del algodón, el sorgo, el millo, los girasoles, el pasto, el maíz; ahora solo es caña y mas caña para alimentar cuatro bolsillos de poderosos industriales del combustible.
Entonces. Vamos a seguir comiendo de discursos floridos y diplomacia de rodillas peladas, a costa del esfuerzo de todo un país? Que los juristas demanden el TLC por atentar contra el derecho a la vida, a la salud física y mental, a la dignidad y muchos otros derechos fundamentales que están siendo vulnerados. Que los colombianos del común, recojamos las firmas que sean necesarias para revertir este monstruo. En todo caso, el mayor aliado del tirano es el silencio y en la Colombia de ahora, brillamos por estoicistas y temerosos.
Otros fueron los tiempos en que los líderes florecieron e hicieron tambalear el establecimiento, es hora de apoyarnos en colectivo y hacer frente común contra esta barbarie y la mejor manera es con nuestra indiferencia electoral. Desde ya, sentemos nuestra voz de protesta, rechazando politiqueros que vienen de nuevo a mentir y engañar. Sevilla puede pasar a la historia y rescatar su dignidad, votando EN BLANCO para congreso en los próximos comicios electorales. Que aquí nos conquisten con realizaciones, no con promesas o lechona. Aquí, somos mucho mas que eso, NO, a los vende patria. Sevilla puede llegar a ser pionero en nuestra región y ser referente para el país, en amor propio y sentido de civilidad.
Sevillanos, si los políticos hasta ahora no nos han dado nada, porque creen que ahora si nos darán?. NO MAS. Promuevo desde ahora, el VOTO EN BLANCO, el de la decencia, la dignidad, el orgullo y el sentido de pertenencia. Esa es nuestra manera de ser solidarios con quienes empujaran este país y ahora los han despojado. Esa es la manera de blindarnos contra la conquista, la burla y el engaño.
Como dice la canción protesta……..
Que culpa tiene el tomate de estar tranquilo en la mata (bis)
si viene un hijo de puta y lo mete en una lata y lo manda pa caracas (bis)
que culpa tiene el cobre de estar tranquilo en la mina(bis)
si viene un yanqui ladrón y lo mete en un vagón y lo manda a nueva york (bis)
si viene un hijo de puta y lo mete en una lata y lo manda pa caracas (bis)
que culpa tiene el cobre de estar tranquilo en la mina(bis)
si viene un yanqui ladrón y lo mete en un vagón y lo manda a nueva york (bis)